Por Matías Díaz Huirimilla
Un ojo azulado
Podría ser el mar
recordar su cadencia
y llegar a una orilla.
Un ojo azulado podría parecer al cielo
parpadear a su ritmo
de naranja a celeste.
O podría disfrazarse de zafiro
un misterio que brilla
cegando a los crédulos.
Sí, un ojo azulado es desconocido como el mar.
Claro, es lejano como el cielo.
Por supuesto, es esquivo como un zafiro.
Un ojo azulado no es un ojo azul.
Un ojo azulado es, a fin de cuentas,
un ojo cerrado.
Un labio colorado
Un labio colorado
puede ser tantas cosas:
una rosa en explosión
y una cereza seduciendo
un bus paseando por Londres
y hasta un cielo veraniego.
Un labio colorado
puede parecer
cosas bellas
indescifrables
imponentes
como un rubí.
Pero un labio colorado no es un labio rojo.
Un labio colorado
es solo sangre.
Un diente blanco
Un diente blanco parece
el inicio de la vida
una nube juguetona
una espuma, un lirio.
Un diente blanco parece
la esperanza del sabor
la sombra para el sol
el refresco, la belleza.
Pero un diente blanco es
un río de sangre
corriendo por la barbilla
de alguien que mira al piso.
Matías Díaz Huirimilla (Calbuco) es poeta y dramaturgo. Ha publicado Dos poemas verdes y uno aguachento (LAR Ediciones, 2019), Volverse señor (Ediciones Cola de Gato, 2022) y La Trilogía del Pop (Editorial Escafandra, 2023). Asimismo, fue antologado en Nosotrxs: Poéticas disidentes chilenas (Inti Ediciones, 2022). En 2023 obtuvo la Beca de Creación Literaria otorgada por el Fondo del Libro y la Lectura.